Sonó la campana. Última vuelta.
El atleta corrió tan rápido, concentrado en la meta y la marca mundial, que no se percató del momento exacto en que sus piernas y brazos se transformaron en patas, el cuello se estiró y dos astas larguísimas rompieron la piel de su frente; no se dio cuenta del instante en que corría desesperadamente para huir del cazador que lo acechaba.
Pobre criatura, no supo cuándo la flecha precisa atravesó su garganta.
Me gustó, para mí es una mezcla extraña entre La metamorfosis de Kafka y La noche boca arriba de Julio Cortázar 🤔
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias por leer, Maria, y por la amable comparación que has hecho.
Me gustaMe gusta
Jorge admiro tu escritura, parece sencillo pero no lo es, en tu caso me encanta el equilibrio que consigues, cada elemento en su lugar; lo disfruté mucho.
Me gustaMe gusta